Cada vez que nos concentramos en lo que tenemos delante con atención plena, normalmente no sufrimos. Es por ello que tenemos que volver al presente. Muchos de los miedos, ansiedades y emociones perturbadoras son construidos a través de estar en el pasado o en el futuro. Por ejemplo, la meditación nos ayuda a centrarnos en el aquí y el ahora, y también a generar un estado de calma y tranquilidad.