¿Qué es la meditación?

Es una práctica de concentración mental que se establece por medio de determinados estados de atención y con métodos específicos. La meditación tiene un origen muy antiguo, pues ya la practicaron civilizaciones siglos antes de Cristo y su influencia viene dada por culturas y religiones orientales, como el Budismo o el Hinduismo, principalmente. Sin embargo, no es necesario creer en ningún tipo de religión para poder meditar. Uno de sus propósitos es pacificar y calmar la mente, de manera que se disminuyan o eliminen nuestras preocupaciones y así poder realizarnos y proyectar hacia los demás esa felicidad. Aunque existen muchos tipos diferentes de meditación, todas implican un proceso de interiorización hacia la naturaleza de la propia persona, y de un “darse cuenta”. Es un ejercicio para trabajar el “aquí y el ahora”, una focalización sobre el tiempo presente. También lo podemos considerar un proceso de fluidez, donde pensamientos, emociones y sensaciones, son aceptados a través de la observación.

¿Para qué sirve?

Hay muchos tipos de meditación, pero todos sirven de alguna manera para:

  • Conseguir estados profundos de relajación y disminuir o eliminar el estrés.
    • Obtener serenidad y paz interior.
    • Distanciarse de pensamientos y emociones negativos.
    • Disolver el ego y su expresión: orgullo, ira, etc.
    • Mejorar el estado de ánimo.
    • Conocernos mejor a nosotros mismos.
    • Mejorar de forma general y específicamente aspectos de nuestra salud física y psicológica.
    • Desarrollar nuestro ser superior, de manera que tomemos conciencia de nosotros y de lo que nos rodea, agudizando nuestra intuición.
    • Tomar mejores decisiones en la vida.
    • Para poder trabajar algún tipo de problema que nos afecte.
    • Potenciar nuestro desarrollo personal y mejorarlo.
    • Potenciar nuestra capacidad de amar en todos los sentidos y aspectos: a la vida, a los demás, etc.
    • Sentirse conectado con uno mismo y con lo que le rodea.
    • Desarrollar la bondad, la amabilidad, la empatía, la compasión, etc.
    • Potenciar la energía y felicidad.

¿Utilizar la meditación de forma terapéutica en consulta de psicología?

Enseñar a meditar o hacer ejercicios de meditación es una herramienta más. Como he señalado con anterioridad, puede generar muchos beneficios. No obstante, usar la meditación o no, dependerá del propio proceso terapéutico, de nuestra recomendación como psicólogos, de las circunstancias que atraviese la persona y del grado de afinidad e interés que disponga en emplearla, por lo que terapéuticamente no es imprescindible y no siempre ha de utilizarse.

Hay algunas técnicas de meditación que se vienen usando en Terapia, el llamado “Mindfulness”, traducido al español como “Atención plena”, que consiste en dejar pasar y aceptar todo lo que el cuerpo y la mente planteen en su momento presente, de manera, que, sin juzgar ni intervenir en lo que se manifieste, todo se reordene y equilibre. Está práctica de meditación adaptada a la psicoterapia occidental, tiene sus orígenes en prácticas y métodos ancestrales, provenientes de Oriente, como el Budismo.